Cine
La primera gran oportunidad en la gran pantalla le llega a Mikaela en el año 1956 haciendo un pequeño papel para la película La pecadora (Ignacio F. Iquino), protagonizada por Carmen de Lirio. Poco después, en 1958, rueda dos escenas para otra producción dirigida por Mateo Cano y José Luis Merino, Aquellos tiempos del cuplé, que tiene como protagonista a la cupletista Lilian de Celis. En ella, Mikaela aún no aparece en los créditos con su nombre artístico sino con su verdadero nombre, Micaela Rodríguez.
Ese mismo año, es contratada para viajar a México y será allí donde tome protagonismo en otras dos películas: la primera La vida de Agustín Lara (1958) dirigida por Alejandro Galindo y la segunda La llamada de la muerte (1960) bajo las órdenes de Antonio Orellana. A su regreso a España, Mikaela empieza a rodar su primer filme como protagonista, La rosa roja (1960), una cinta dirigida por el aplaudido director madrileño Carlos Serrano de Osma en la que demuestra su faceta más andaluza interpretando al famoso personaje de La Parrala, artista entroncada con el ambiente de los cafés cantantes de principios del siglo XX.
Sin embargo, su fichaje con Hispamer hace que la artista cambie radicalmente de estética y estrene entre 1960 y 1961 dos películas dirigidas por Jesús Franco: La reina del tabarín y Vampiresas 1930, ambas concebidas como películas musicales y ambientadas en Francia que gozaron de gran popularidad. Será en 1963 cuando estrene, nuevamente, dos coproducciones dirigidas por Ricardo Blasco: en primer lugar el western Gringo y en segundo Las tres espadas del zorro, ambas con notables críticas y masivas recaudaciones.
En 1965 llega a las carteleras una coproducción entre España, Francia e Italia dirigida por Sergio Griego (Terence Hathaway) titulada Agente 077, dall' Oriente con furore. Al año siguiente, realiza un interesante papel para el prestigioso director italiano Mauro Bolognini tomando protagonismo en Mademoiselle de Maupin, una cinta con argumento basado en obra de Théophile Gautier.
Ya en 1967 realiza otro papel para Comando de asesinos (Fin de semana con la muerte), una coproducción entre España, Portugal y Alemania en la que se adentra en el cine de espías y acción. Justamente ese mismo año empieza a rodar la malograda cinta Soluna, tal vez su película más interesante que hubo de retrasar su filmación y estreno debido a que -dirigiéndose al rodaje - se estrelló el avión en el que viajaba todo el equipo. Sería en 1968 cuando llegue a las carteleras esta película basada en una obra del Premio Nobel de Literatura Miguel Ángel Asturias y dirigida por Marcos Madanes.
La última aportación a la gran pantalla la realiza Mikaela en 1969 para un cortometraje dirigido por Eugenio Pena titulado Zorongo (Recordando a García Lorca). Un pequeño formato musical donde la artista interpreta la canción que da nombre al filme con una consecución de escenas simbolistas sobre planos yuxtapuestos.